Hoy,Víctor Rodríguez habla de mí en www.hipersonica.com
Del Alfredo González que debutó en 2003 con aquel disco autoproducido titulado La vida de alquiler no queda casi nada. Han pasado muchos años, muchos conciertos, muchas experiencias vitales y muchos buenos y malos momentos.
Al turonés, que podemos ubicar dentro de la joven generación de cantautores rock españoles, con claro referente en Quique González, le ha cambiado en este tiempo incluso la voz, ahora más arrastrada, más adulta, más de un outsider como de esos de los que aprendió como Tom Waits, Bob Dylan o Enrique Urquijo.
Tal y como están las cosas no podría decir si su fichaje por el sello DFX le va a beneficiar o no, al menos en este primero de tres que han firmado. Porque él se ha pagado la grabación y si el disco funciona los siguientes los pagará la compañía, algo muy habitual en los contratos de nuestras independientes.
Y aún hay más, el management, otra porción que ahora se llevan todos los sellos, también corre a cargo de la compañía madrileña, con lo cual el beneficio es difícil de evaluar.
Metiéndonos ya de lleno en el análisis de Dudas y precipicios, hay que decir que su título hay que buscarlo en el tema oculto (Imeem) que aparece al final del disco. Una emocionante balada en versión piano bar, de similar factura a ‘Según los días’, porque antes no lo dije, Alfredo González es pianista de formación, un detalle poco habitual en el mundo de los cantautores.
Ese es el cierre pero antes hay cuarenta minutos y diez canciones en los que González se hace acompañar de una banda de músicos amigos que las han enriquecido pero que pueden ser defendidas perfectamente con piano y guitarra.
El disco se abre con ‘Retruque’ (Imeem), un tema de cantautor rock que va creciendo hasta convertirse en un corte épico. Le sigue ‘Sigue buscando’, donde hay ecos de Pereza y Quique González, aunque los primeros matarían por haber firmado ‘Vivos de frío’ (Imeem), que desprende la chulería y el arrojo de los autores de Todo.
‘El último taxi’, donde participa Pablo Moro, es una de las mejores canciones de esta seleccion junto a ‘Cicatrices de prestado’, el más pizpireto y pegadizo corte de este larga duración. Aunque ‘Piernas de marioneta’ (Imeem), la historia de un boxeador en horas bajas, con Alfredo González escorado hacia el blues es uno de mis favoritos.
Y Dudas y precipicios parece que se va a cerrar con ‘Golfo’ (Imeem), un tema que recuerda al mejor Tontxu que tiene una letra logradísima. Pronto pasará por tu ciudad en una gira de cafés-concierto en compañía de Manolo Tarancón, no te lo pierdas.
Todo son buenas críticas, me encanta que los planes salgan bien
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