Getxo fue nuestra casa durante tres días -gracias Dani, por tanto-. Desde allí comprendimos que no hay mejor gastronomía que la del norte; que dos músicos díscolos y un manager pueden convivir sin destruir; y que la música, a día de hoy, se construye en base a la amistad, la paciencia y el tesón. Esto es una carrera de fondo, y con amigos como los que tengo se aguanta cualquier maratón.
Bilbao y el Cotton Club eran otra cuenta pendiente. No vino mucha gente -el norte está lleno de frío...- pero nos salió un bolo bonito, se acercaron unos cuantos amigos y, lo más importante, conocimos a Mikel en persona, que superó todas nuestras espectativas -que eran muy altas-, a excepción de las crapulentas, ejem ;)
También hubo tiempo para grabar unas voces y unos pianos en el tercer disco de Daniel Merino -ojo a esa colección de canciones-, para descansar un poco y para organizar letras. Nos despedimos de Bilbo con la promesa de volver y salimos a Madrid para ver como el Barça ganaba la liga. Nos esperaban Jim, Beris y Mon... Ya nuestra familia, para hacer un concierto compartido en el Búho Real y cerrar esta parte de la gira con risas y la sensación del deber cumplido.
Gracias otra vez a Dani, Jim, Mon, Beris, Mikel, Andoni, H, Johnny, Edu y todos los que se me olvidan. Me gusta esta manera de sobrevivir
1 comentario:
Bilbao no podría molar más, y amén a lo de la buena comida :)
Qué genial que lo pasaseis bien!
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