Ayer, a eso de las doce y algo de la noche, se me abrió la cremallera de la sonrisa. La mitad de la "bohemia" -que palabro- vetustense abrió la puerta de un bar, al fondo vi un piano y después comprobé que se podía tocar... -sí Norma, acabé tocando... pero para los útimos cuatro, jeje-
Ni que decir tiene que este verano será más de una vez la historia de un sábado, o de un viernes, o de un miércoles... y yo seré, como siempre, el viejo perdedor de la canción.
Y hablando de tocar, julio suena a pianoconcierto privado...
4 comentarios:
q no me pille en Cadiz, q no me pille en Cadiz!!!
Lo sabía, lo sabía, lo sabía... jooo, un martes, lo sabía. No me quiero perder la próxima. Ayer, bastaron cinco minutos en aquel bar, una caricia a las paredes de papel pintado, al piano, a los cojines rojos, para saber que se acababa de establecer un vínculo muy, muy estrecho. Para saber que serán muchas las visitas al local sola o acompañada. Por un momento sentí que había encontrado el camino de regreso a casa...
Un besito, o dos.
necersito saber de qué bar se trata, para próximos pasos fugaces....
Mañana vuelvo a la otra, nueva, casa, pero tenme informada si hay conciertos o primicias, ya adapto calendarios, que necesito soñar.
Un placer el encuentro casual de ayer, sr hoyestoyderesacaqueniteloimaginas.
Un besín muy grande.
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