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sábado, 10 de diciembre de 2011

All things must pass


Este verano, Dhani Harrison, de 33 años, regresó a Friar Park y se quedó mirando al jardín durante un rato. Nunca había estado tan bonito: los árboles que su padre plantó ya habían crecido. "Seguramente se esté riendo de mí", indica Dhani, "diciendo para sí mismo: 'Así es exactamente como tenía que estar'. Uno no hace un jardín para sí mismo, ni como algo efímero: haces un jardín para las generaciones que vendrán. Mi padre, definitivamente, tenía una gran visión de futuro.

Leído en el nº 146 de la revista Rolling Stone.

Habla de George Harrison, claro.

1 comentario:

citizenkant dijo...

«El artista presenta al mundo una condición particular». Esta condición particular no es la de «¡Oh! El artista es más inteligente que los otros. O más creativo. O el artista está más loco». Sí; algo de eso habría, disperso y en desigual cantidad entre quienes se consideran artistas. Ahora la condición más curiosa de quien produce Arte no es ni la creatividad, ni la inteligencia, ni la locura. La condición más particular de un artista es «una alta tolerancia frente a lo que casi todos consideran siniestro». Alta tolerancia al dolor. Alta tolerancia a la desdicha. El artista «suele» ser desdichado. Ahora pues, nadie desea ser desdichado. Y como en general nadie se desea la desdicha, pues en general son pocos los artistas.